sábado, 2 de marzo de 2013

La integrante de H.I.J.O.S contó: “Minicucci le dijo a Bacca que era hijo de Subversivos”


Una nueva audiencia en el juicio por la apropiación del hijo de Liliana Pereyra y Eduardo Cagnola, desaparecidos en 1977. Este hombre recuperó su identidad en 2008 y el Tribunal Oral Nº 4 se encuentra juzgando a los apropiadores Cristina Mariñelarena y José Bacca; y a Inés Lugones (mujer del represor fallecido, Guillermo Minicucci), quién habría actuado como entregadora del bebé, por el delito de apropiación.
En la audiencia de ayer, el Tribunal realizó la proyección de fragmentos de testimonios de ex detenidas desaparecidas de la ESMA, que dieron cuenta del nacimiento del hijo de Eduardo Cagnola y Liliana Pereyra en ese Centro Clandestino de Detención y de las condiciones en que su madre dio a luz en cautiverio: “Vi a Liliana Pereyra y supe que había tenido un bebé al que llamó Federico”, detalló Marta Álvarez en el juico por Plan Sistemático de Apropiación de Menores, que fue incorporado ayer a este juicio a través de los testimonios de Álvarez, Sara Solarz de Osatinski, Alicia Milia y Ana María Martí.
Por la tarde declaró la integrante de la agrupación H.I.J.O.S. Cecilia Cesaroni, quien fue señalada por el hijo de Liliana y Eduardo como la primera persona de esta agrupación que se le acercó. La joven contó cómo se organizaba a fines de los 90 y principios de 2000  la agrupación para colaborar en la búsqueda de sus hermanos desaparecidos durante el terrorismo de Estado. Cecaroni detalló que se organizaban por comisiones de trabajo y que ella integraba la Comisión de Hermanos, que se encargaba de recibir denuncias de chicos que podrían ser hijos de desaparecidos y consultas de jóvenes con dudas sobre su identidad. Luego contó que desde 1998 tenían denuncias acerca de que Hilario Bacca podría ser hijo de desaparecidos: la primera fue de ese año, luego llegó otra en 2000 y otra más en 2001. Las denuncias coincidían en que una médica de La Plata tenía una hija biológica y un hijo que habían “adoptado” porque no podían tener más chicos, y que su tío o padrino era un militar y era quien lo había entregado. Como muchas veces ocurre, esas denuncias provenían del entorno de los apropiadores. En 2005, llegó una nueva denuncia con datos más contundentes de alguien que estaba en contacto con Hilario. Fue aquí cuando la agrupación H.I.j.O.S. decidió evaluar una posible aproximación al joven para contarle que había posibilidades de que fuera hijo de desaparecidos, como luego lo confirmaron los estudios de ADN.
Algunas de las variables que la agrupación tuvo en cuenta a la hora de decidir el acercamiento al hijo de Liliana Pereyra y Eduardo Cagnola fueron, según Cesaroni, que el joven sabía que no era hijo biológico de la pareja Bacca-Miriñelarena, que hacía tiempo que estaba haciendo terapia, lo que garantizaba que tenía una espacio de reflexión y contención, y que “los apropiadores no fueran militares sino civiles también fue tomado en cuenta, ya que daba la posibilidad de que estuviera más abierto a escuchar algo de un organismo de derechos humanos”, detalló Cecilia.
De esta manera los H.I.J.O.S realizaron el primer contacto por teléfono. “El primer llamado fue en julio de 2005, hablamos como 45 minutos, le contamos que teníamos información que decía que él podía ser hijo de desaparecidos. Hablamos mucho, pero me pidió que no lo llamara nunca más; aunque antes de cortar me dijo: ‘si me separo de mí te agradezco el llamado´”, describió Cesaroni.
Pasaron tres semanas y los H.I.J.O.S decidieron volver a llamarlo. En ese momento no lo encontraron, pero le dejaron un mensaje en el contestador al que el joven respondió con un llamado a Cecilia. Fue entonces que en agosto de ese año se produjo el primer encuentro: “Nos juntamos en un bar y charlamos durante dos horas”. Cecilia cuenta que el vínculo entre ellos se estrechó, que charlaban por teléfono, que tuvieron otros encuentros y que incluso la invitó a su casa. “Una vez fuimos a un bar a escuchar a un músico que hacía un tributo a Silvio Rodríguez”, recordó. También contó que -no recuerda si producto del acercamiento a H.I.J.O.S o a las dudas sobre su origen- el hijo de Liliana y Eduardo, le dijo que él preguntó en la casa más detalles sobre cómo había llegado y que le dijeron que Lugones (la mujer Minicucci) estaba al tanto de que querían otro bebe y que les prometió que les “conseguiría” uno para enero del 78, pero que eso no se había cumplido “por eso Mariñelarena y Bacca se habían deprimido mucho, según contó Hilario, pero en febrero llegó”, explicó Cesaroni. 
En esos encuentros Cecilia le explicó minuciosamente a Hilario cómo era el proceso para recuperar su identidad, cómo funcionaba la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), qué era el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) y también le explicó que en algún momento él debería tomar una decisión. El joven empezó a cuestionar el proceder de H.I.J.O.S, el acercamiento: “Yo le pregunté si consideraba que hubiera una mejor forma de decir a alguien que podría ser hijo de desaparecidos, y él acordó conmigo en que no”.
Cesaroni también contó que en ese contexto el nieto restituido dijo: “yo sabía que esto en algún momento iba a pasar”. Los encuentros siguieron durante 2006 y allí el joven también le contó que en los 80 Bacca lo había ido a ver a Minicucci para saber su procedencia y que Minicucci le había confirmado: “Es hijo de subversivos”.
                Llegaron al 2007 e Hilario Bacca seguía sin querer analizarse: “en un momento me planteó que se analizaría cuando muriera Mariñelarena porque no quería lastimarla, porque era la que más sufría”. Las Abuelas de Plaza de Mayo también tenían sospechas de que él era uno de los nietos que desde hacía treinta años estaban buscando, así es que se decidió pasar el caso a la justicia, para que actuara en un presunto delito de lesa humanidad como lo es la apropiación de niños durante la última dictadura. El resto es historia ya conocida. El joven dejó de tener contacto con Cecilia y la agrupación H.I.J.O.S, la justicia actuó y se confirmó que era hijo de Liliana Pereyra y Eduardo Cagnola. Hilario supo que su mamá lo llamó Federico y que su familia lo buscaba desesperadamente desde la desaparición de sus padres. También supo que su mamá lo parió en la ESMA y que se lo arrancaron de los brazos para entregarlo a una familia que no era la que lo esperaba incondicionalmente. Supo que su papá estuvo secuestrado en Buzos tácticos y que ni siquiera llegó a conocerlo. También conoció a su Abuela “Coqui”, referente de Abuelas La Plata, a sus tíos Pereyra María Alejandra y Marcelo y a toda su familia paterna oriunda de Chacabuco. Hoy todos esperan justicia, para poder recomenzar desde la verdad. 

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