miércoles, 20 de febrero de 2013

Declaró la titular del BNDG y el oficial que dirigió el operativo en el que se obtuvieron las muestras


El martes 19 de febrero se reanudaron las audiencias del juicio por la apropiación del hijo de Liliana Pereyra y Eduardo Cagnola, con las declaraciones de María Belén Rodríguez Cardoso, directora del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) y con el testimonio del oficial Héctor González, jefe del operativo en el que se recabaron las muestras de ADN para determinar que Hilario Bacca es el hijo de la pareja desaparecida en Mar del Plata el 5 de octubre de 1977.
            El Tribunal N°4, integrado por los doctores Néstor Guillermo Costabel, Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia, está juzgando a los apropiadores José Ernesto Bacca y Cristina Gloria Mariñelarena, y a la mujer que habría actuado como entregadora, Inés Graciela Lugones,  por el delito de apropiación. El martes comenzó tomando testimonio a Rodríguez Cardozo: “Hace diecinueve años que trabajo en el Banco y hace siete que estoy como coordinadora y directora. En estos años he participado al menos de veinte, veintidós pericias, de las cuales doce o trece fueron por allanamiento”, le respondió a la querella.
Luego explicó con minuciosidad cómo se realizan las pericias genéticas desde que se toman las muestras hasta que se procesan para logra dar con el perfil genético de algún familiar de desaparecidos o no. También explicó las medidas que utilizan en el Banco y los organismos a los que pertenecen para garantizar el control de calidad de esta labor. “Nosotros pertenecemos, entre otros, al grupo portugués de genética forense”, precisó. A continuación la querella quiso saber si recordaba el operativo en el que se obtuvieron las muestras para determinar la identidad biológica del hijo de Liliana y Eduardo: “Nos atendió una mujer, estaban muy nerviosos. Nosotros tratamos de explicarles de qué se trataba la medida, le leímos una y otra vez el oficio enviado por el juez”. Luego describió cómo se realizó el allanamiento: “los oficiales tenían un croquis y con él nos dirigimos al baño, de donde tomamos un cepillo de dientes y una maquinita de afeitar y luego fuimos al cuarto, de donde tomamos ropa íntima y un par de medias. En cada lugar íbamos acompañados de Hilario y los testigos. Al finalizar guardamos las muestras y labramos un acta que firmaron todos los presentes a excepción de Hilario y la señora. Él repetía, ‘esto yo no lo decidí’ ”.
A continuación declaró Héctor Gabriel González, quien estuvo a cargo del operativo. El oficial explicó que él ha participado, al menos seis, de estas medidas judiciales y que en esa época estaba destinado a dirigir los allanamientos porque ya contaba con cierta experiencia de cómo manejarse, cómo resguardar el material genético y custodiarlo. Cuando la fiscalía quiso saber si en el operativo se utilizaron armas largas, el oficial aseguró que no. “En esas medidas vamos vestidos de civil con las armar reglamentarias guardadas, pero no fue necesario exhibirlas”, señaló. González afirmó que a pesar del malestar de los moradores, el trabajo se realizó sin tener que hacer uso de la fuerza. El oficial también describió la jornada de trabajo con precisión: “Primero coordinamos con la directora del Banco, y la pasamos a buscar antes de ir al domicilio donde debíamos realizar el allanamiento. Antes de llegar al domicilio tomamos dos testigos de la vía pública y luego entramos al edificio. La señora abrió la puerta y el chico estaba nervioso, pero después vino un policía que hablo con él y se tranquilizó”. Luego explicó que además del acta firmada en el departamento también se labró otra que se firmó al llegar al hospital Durand.
El tribunal llamó a cuarto intermedio hasta el próximo viernes 22 de febrero.

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