Ayer se realizó una nueva audiencia del Juicio por la
apropiación del hijo de Liliana Pereyra y Eduardo Cagnola, en la sala A de los
Tribunales de Comodoro Py. La defensa oficial de Inés Lugones Graciela,
señalada en el juicio como quien entregó al bebé, que Liliana parió en la Esma,
al Matrimonio compuesto por Cristina Gloria Mariñelarena y José Ernesto Bacca, presentó
su alegato y pidió la absolución de su defendida: “En el caso de ser condenada que se le
otorgue la pena más baja y que la misma sea dejada en suspenso”, agregaron.
Gran parte de la presentación fue destinada a marcar las contradicciones que
según esta parte existieron en del alegato de la defensa de los otros dos imputados,
representados por Miguel Ángel Pierri.
Uno de los
principales ejes del alegato de la
defensa de Lugones se centró en que la imputada no tuvo participación ni
conocimiento de la entrega del bebé, ya que durante el juicio
primó el relato que describió que los Bacca fueron a buscar al niño a lo de
Lugones y que ella los recibió en su casa de Luis María Campos, pero que
debieron esperar a que llegara su marido, el represor fallecido, Guillermo
Minicucci, para cenar juntos y llevarse el niño. Algunos de los que recrearon
esta versión fueron los otros dos imputados,
su hija Constanza Bacca y los testigos Graciela Larrosa y el propio
nieto restituido.
La defensa adujo que no son pruebas suficientes los dichos de
los testigos, y sostuvo que para la fecha en que ocurrieron los hechos ella se
encontraba veraneando en Mar del Plata Para ello hizo referencia a la prueba
aportada por el hijo de Lugones, Clemente Minicucci: “Su aporte ayudó a comprobar
la inexistencia del relato”. También señalaron los dichos del nieto restituido:
“Hilario nunca dijo llegué a mis padres a través de Inés Lugones. Lo que él
contó que nuestra defendida le dijo cuándo fue a visitarla con la información
que HIJOS le había dado fue: Ese hijo de puta nunca me decía nada, no sé nada
de todo esto”.
La defensa se centró además en desarrollar el estrecho
vínculo que mantenía el matrimonio Bacca Mariñelarena con Lugones y Minicucci. En
este sentido, señaló que Pierri, el abogado de los otros acusados había desarrollado
como estrategia el desconocimiento de sus defendidos con Guillermo Minicucci,
ex marido de Lugones, pero que las pruebas aportadas en el juicio fueron
contundentes para desmentirlo: “Las fotografías que mostró Clemente Minicucci
en el juicio dieron cuenta de algo que los otros imputados querían ocultar (…)
Clemente dijo que eran cercanos, casi íntimos”. La defensa aseguró que los
testimonios demuestran que la estrategia de simular que Mariñelarena y Bacca no
se conocían con Lugones y Minicucci, fue una maniobra jurídica para reducir la
pena.
La defensa insistió en que Lugones no se encontraba en la
ciudad el día que Hilario llegó a los brazos de Miriñlarena, pero debió aclarar una contradicción de su defendida en cuanto a la fecha: “Cuando ella
dijo que a principios de enero le iban a dar un bebé que llegó a fines de ese
mes, quiso decir que a principios de enero le iban a dar un bebé que llegó a
fines de febrero. Se trató de un error involuntario”.
Otras de las cuestiones desarrolladas fue el desconocimiento
de Lugones acerca del trabajo ilegal de su marido. Como en otras causas por
apropiación, la condición de mujer de un militar autoritario y violento se
utilizó para explicar el desconocimiento de su mujer, en este caso Lugones, de lo
que ocurría en Argentina: “El hecho de
que Lugones fuera la mujer de Minicucci no alcanza para que ella supiera la
actividad ilegal que realizaba su marido”. En este mismo sentido la defensa
afirmó: “Aún si reformuláramos la hipótesis y admitiéramos que fue ella quien
abrió la puerta de la casa cuando fueron a buscar al bebé, no la convierte en
entregadora, ya que los testimonios aseguraron que tuvieron que esperar a
Minicucci para llevarse el bebé”.
Por último, la defensa hizo un recorrido por las peores
sentencias en juicios por apropiación de menores, en épocas en que existían las
leyes de Obediencia Debida y Punto Final y los jueces eran cómplices de este
delito, como las condenas otorgadas a Samuel Miara, Eduardo Ruffo, Rubén
Lavallén y Miguel Ángel Furci. Obviaron señalar como referencia la sentencia ejemplificadoras
como la de la semana pasada en el juicio
por la apropiación de Catalina De Sanctis Ovando, en la que sus apropiadores
fueron condenados a 19 y 12 años de prisión.
La querella de Abuelas y la Fiscalía podrán presentar
sus réplicas el próximo viernes 5 de abril a partir de las 10, cuando se
reanuden las audiencias. Las últimas palabras de los acusados y la sentencia
podrían conocerse ese mismo viernes o el martes siguiente, 9 de abril.